martes, 12 de octubre de 2010

Operación Zitadelle - Batalla de Kursk (5-7-1943)


Después de Stalingrado, el Ejército Rojo hizo retroceder a las fuerzas alemanas en todo el Frente del Este.  En el Alto Mando alemán, el Oberkommando der Wehrmacht (OKW), estaban conscientes de la gravedad de la situación que en esos momentos enfrentaban, pero los comandantes de los ejércitos en el Frente del Este, fueron capaces de realizar un repliegue ordenado que finalmente logró estabilizar el frente.  En esos momentos, los Aliados estaban a punto de invadir Italia, a Hitler no le cabía ninguna duda que los italianos se rendirían y cuando eso ocurriera la invasión de Francia no se haría esperar mucho tiempo.  Mantener tres frentes significaba extraer tropas del Frente del Este para poder intentar la resistencia en los otros dos.  La única forma de paliar la situación, era asestar un gran golpe a los soviéticos para aliviar la presión que el Ejército Rojo ejercía sobre la Wehrmacht.



La última victoria alemana había ocurrido en Izyum durante la primavera de 1942 cuando lograron encerrar a los soviéticos.  Algo similar había que hacer en esos momentos y Kursk era el lugar indicado porque cuando se estabilizó le frente, las fuerzas soviéticas habían tomado la ciudad y penetrado en territorio ocupado por los alemanes creando una protuberancia desde donde podrían partir ataques que encerrarían las fuerzas del Grupo de Ejércitos Centro en Orel y las del Grupo de Ejércitos Sur en Jarkov.
El plan, llamado Operación Zitadelle, era sencillo.  El Grupo de Ejércitos Centro de von Kluge, debería enviar al 9no Ejército al mando de Model con 800 tanques y penetraría desde el norte para encontrarse con el Grupo de Ejércitos Sur de Manstein, que con los 1200 Panzers del 4to Ejército Panzer de Hoth, irrumpiría desde el sur para encontrarse en Kursk la cual sería rodeada y posteriormente ocupada por esa enorme oleada de Panzers más el 2do Ejército que atacaría desde el oeste entre Sesk y Korenevo.  Para el Alto Mando Alemán era imposible que el Ejército Rojo pudiera resistir la potencia 50 divisiones de la Wehrmacht y SS, 2000 Panzers atacando en forma de pinzas y 7 divisiones de infantería, más todo el poder de 1800 aviones de la Luftwaffe en la zona y 1000 cañones haciendo el resto.  La sorpresa era importante, porque si los rusos atacaban en dos direcciones desde la protuberancia de Kursk podría obtener mucho territorio de manera rápida.  Por tanto, para que la más grande concentración de fuerzas alemanas, incluso mayor que al comenzar la Operación Barbarossa, pudiera tener éxito debía actuar rápidamente.



Pero lo que no sabían en el OKW, era que los soviéticos estaban al tanto de la ofensiva que se estaba planificando.  En Suiza, los servicios secretos transmitían a los Aliados los informes que el Círculo de Lucy obtenía en el propio Berlín.  En Moscú, la Stavka ordenó al Mariscal Zhukov prepararse a recibir a los alemanes quien planificó su defensa con 8 líneas antitanque en las que sembraron cientos de miles de minas, desplegaron 20 mil cañones, 6 mil cañones antitanque y 1000 lanzacohetes.  El plan soviético consistía en que los alemanes se desgastaran tratando de vencer esas defensas para contraatacar con 75 divisiones, 3500 tanques y 3 mil aviones.   El sector norte estaba al mando del General Rokossovsky y el sector sur al mando del General Nikolai Voronehz.  Gracias a Lucy, los soviéticos incluso estaban enterados de la nueva táctica alemana llamada "Panzerkeile" de atacar en grupos formando cuñas con los tanques pesados (Tigers y Ferdinands) al frente, seguidos por los tanques medianos (Panthers y PzKw IV) y los más débiles (Panzer III) detrás.  De esta forma esperaban penetrar en territorio enemigo rápidamente y consolidarlo mientras llegaban los refuerzos para asegurar la zona.
Los alemanes tenían preparado hasta el último detalle.  Hitler probablemente sentía temor de fracasar y dudaba retrasando el ataque por cualquier detalle insignificante aduciendo que era necesario no dejar nada al azar.  Los generales se desesperaban y acudían diariamente donde Hitler esperando que diera la luz verde para comenzar la operación, pero siempre encontraba algún argumento para continuar postergando el ataque.  Pasaron los meses de abril, mayo y junio y la orden no era dada.  Los soviéticos seguían perfeccionando su plan de defensa de acuerdo a los informes recibidos de Suiza.
Finalmente, el 5 de julio Hitler dio la esperada orden, pero al mismo tiempo que los alemanes comenzaban el bombardeo preparatorio con sus 1000 cañones, los rusos sorprendieron a los alemanes que quedaron atolondrados por el sorpresivo bombardeo recíproco de sus líneas, justo antes de comenzar el ataque.   Lo que debía convertirse en una victoria rápida y fulgurante se empantanó desde el comienzo y a los 2 días del inicio de la operación las fuerzas alemanas apenas habían penetrado 11 kilómetros dentro de la protuberancia.
Los rusos estaban esperando a los alemanes y atacaban a los Panzers medianos y a los blindados dejando a los Tigres y Ferdinands sin protección.  Los Tigres daban cuenta fácil de un T-34, pero sin infantería y sin los blindados no podían avanzar como lo habían planificado.   A pesar de eso, Hoth logró hacer avances importantes que preocuparon a los mandos rusos quienes se vieron en la necesidad de llamar a las reservas.   Para el día 9 de julio, las divisiones alemanas en el sur habían penetrado 32 kilómetros con grandes pérdidas.  Tres días después Zhukov ordenaba pasar a la ofensiva en el norte.
El 13 de julio, la más grande batalla de tanques de la historia con la participación de 1500 tanques.  Los Panzers se enfrentaban a los T-34 rusos y Lee estadounidenses en un combate apocalíptico bajo el inclemente sol del verano en la estepa rusa cuya temperatura sobrepasaba los 45°C.  Los tanques se enfrentaban a corta distancia causando bajas enormes en ambos bandos.  Los alemanes llamaron a este episodio la Batalla Todesritt o Cabalgata de la Muerte.
El Panzerkeile fue una catástrofe incalculable porque los rusos dividieron a la infantería y los acorazados destruyendo primero a los más débiles.  Sin el apoyo necesario los Tigres y Ferdinads fueron luego cazados uno a uno, sin importar el costo.  Las pérdidas en ambos bandos fueron enormes y Hitler decidió que estando la situación en Italia como estaba, era mejor mover 16 divisiones al sur, pese a que Manstein le prometía una victoria y estaba casi a punto de lograrlo.  Pero el 10 de julio había caído Sicilia y la defección de Italia era inminente.  El 25 de julio fue cancelada la Operación Zitadelle y los refuerzos comenzaron a marchar a Italia para reemplazar a las fuerzas italianas.  Por su parte los rusos habían iniciado la ofensiva que culminaría el 18 de agosto en el norte, al replegarse los alemanes a la Línea Hagen y en el sur el 23 de agosto, con la ocupación desde la ciudad de Jarkov hasta el río Psiol.
Alemania perdió 100 mil hombres, 1000 tanques y 1000 aviones.  Además, Franco retiraba a la División Azul del Frente del Este para permanecer manifiestamente neutral por el resto de la guerra.  Además despidió a los agentes alemanes de España, pero manteniendo las relaciones y el intercambio de suministros.  A partir de entonces, las fuerzas alemanas no serían capaces de montar una nueva ofensiva en el Frente del Este


bibliografía: The Battle of Kursk: Operation Citadel 1943 (Paperback) por Robin Cross

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