Los múltiples nombres de la única hija de Josef Stalin dan idea de su periplo vital. La única niña de quien gobernó la URSS con mano de hierro entre 1941 y 1953 nació como Svetlana Stalinova, adoptó el apellido materno tras la muerte del dictador (Alliluyeva) y, tras renegar de la Unión Soviética y casarse con un estadounidense, se convirtió en Lana Peters. Peters ha muerto en EEUU a los 85 años a causa de un cáncer de colon.
Svetlana nació en 1926, del segundo matrimonio del dictador ruso con la secretaria Nadezha Alliluyeva. Su juventud estuvo marcada por la tragedia. 'La princesita' del Kremlin -única hija del dictador soviético, que tuvo dos hijos varones- perdió a su madre cuando tenía seis años.
Aunque la versión del régimen es que Nadezha murió a causa de una infección, se dice que la segunda esposa de Stalin acabó con su vida. Durante la Segunda Guerra Mundial, su hermano mayor, Yakov, fue ejecutado por los nazis.
Como hija del secretario general soviético, Svetlana disfrutó de todos los privilegios, y antes de la muerte de su padre, se casó (y divorció) dos veces.
Huida de la URSS
Catorce años después de la muerte del padre, Svetlana huyó de la Unión Soviética en 1966, dejando allí a los dos hijos que había tenido con sus dos primeros maridos. En plena Guerra Fría, su deserción supuso un auténtico bochorno para el régimen comunista, que la tachó de"moralmente desequilibrada" y "enferma".
Fue una tercera relación la que precipitó su huida de la URSS. Enojada por el trato que su compañero Brijesh Singh había recibido de las autoridades soviéticas -Svetlana perdió muchos privilegios tras la muerte del zar rojo y las autoridades soviéticas no le permitieron casarse con Singh, un comunista de nacionalidad india-, la heredera de Stalin aprovechó su viaje a la India para depositar las cenizas de su pareja para solicitar asilo político en la embajada de EEUU en Nueva Delhi.
El "gorrioncito" de Stalin se refugió entonces Estados Unidos, donde fue recibida como una exiliada "de oro". "He venido aquí para buscar la libertad de expresión que se me ha negado durante tanto tiempo en Rusia", dijo nada más aterrizar en Nueva York, en 1967.
La viuda del arquitecto Frank Lloyd Wright, Olgivanna Wright, también de origen ruso, la tomó bajo su protección y Svetlana se casó con un discípulo del arquitecto, William Peters, de quien tomó el apellido. Se convirtió entonces en Lana Peters.
El regreso a Moscú
Pero en EEUU tampoco encontró la paz que seguramente buscaba. Se convirtió en una celebridad, escribió dos libros de memorias y tuvo una hija, Olga, con Peters. Este matrimonio también fracasó y en 1982 se estableció en Inglaterra.
En 1984, regresó a Moscú y fue recibida como la "hija pródiga" que nunca debió haberse marchado. Recuperó entonces su nacionalidad soviética y denunció que realmente no había gozado de libertad ni en Reino Unido ni en EEUU.
Sin embargo, su hija Olga no logró adaptarse a la nueva vida y la propia Lana confesó: "Moscú ya no me gusta más". La hija abandona el país para marcharse a Londres y Svetlana pide, y obtiene de Mijail Gorbachov, el permiso para abandonar la patria.
Tras varios años erráticos, con estancias incluso en asilos de beneficencia, Peters volvió a EEUU en los años 90.
Fuente: www.elmundo.es
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