Un año más, centenares de focas invadieron las heladas costas de Vladivostok en busca de alimento y un lugar apropiado para procrear, lo que prueba las buenas condiciones ambientales de esta zona del Pacífico ruso, según expertos locales.
“Desde principios de enero, las focas se instalaron cerca del cabo de Eguersheld y también en la bahía de Zolotói Rog, en pleno centro urbano”, explicó a RIA Novosti el biólogo Ígor Katin, de la Reserva Marina Dalnevostochni.
Al igual que en años anteriores, los animales llegaron para procrear desde el archipiélago de Rimski-Kórsakov, localizado en el golfo de Pedro el Grande a unos 70 kilómetros al suroeste de Vladivostok, agregó.
Se trata de una especie de pinnípedos conocida como foca manchada. Este pariente cercano de la foca común, de pelaje claro y que mide hasta 1,7 metros, habita la parte norte del Pacífico desde Alaska hasta Japón y el Lejano Oriente ruso.
Según Katin, unas 250 crías de esta especie nacen cada invierno en la costa de Vladivostok, que las focas eligen también como un buen lugar para alimentarse. Además de pescado, su dieta incluye crustáceos y pulpos.
En los últimos años, estos mamíferos casi siempre llegan a la costa de la ciudad a mediados de invierno. Puesto que tienen especial sensibilidad a la calidad del agua marina, su visita es una buena señal que demuestra que las aguas costeras de Vladivostok están bastante limpias.
“Las focas vienen aquí atraídas por la abundancia de especies marinas. En los tiempos soviéticos las aguas costeras de la ciudad estaban contaminadas, pero todo cambió después de que en los 90 cerraron muchas fábricas”, aseveró el experto.
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