Kukarka, hoy Sovetsk, actual Rusia, 1890-Moscú, 1986) Estadista y diplomático ruso. Ingresó en el partido bolchevique en 1906 y pronto asumió responsabilidades en la clandestina organización que lo llevaron a prisión en dos ocasiones. Tras la muerte de Lenin, en 1924, abogó activamente, desde su puesto de secretario del Comité Central, en favor de Stalin, lo cual le valió su promoción al Politburó en 1926. Entre 1928 y 1930 protagonizó la purga antiestalinista en el interior del Comité del Partido Comunista de la capital. Stalin depositó en él su confianza y lo designó primer ministro en 1930. En 1939 fue nombrado comisario de Asuntos Exteriores. Desde este cargo se convirtió en una figura clave durante la Segunda Guerra Mundial, y no sólo a causa de la fabricación, promovida por él mismo, de botellas llenas de líquido inflamable que, utilizadas como bomba, acabaron por llevar su nombre (cócteles Molotov); así, fue el artífice, con Von Ribbentrop, del pacto de no agresión entre la URSS y la Alemania nazi, y también quien articuló las alianzas con el Reino Unido y Estados Unidos tras la invasión de Rusia por el ejército alemán. Participó en las conferencias aliadas de Teherán (1943), Yalta (1945) y Potsdam (1945), en el curso de las cuales se forjó una reputación de férrea hostilidad hacia Occidente.
La muerte de Stalin y el ascenso al poder de Nikita Jruschov imprimieron un giro a su carrera que concluiría con una pérdida progresiva de poder. Si bien volvió a asumir la cartera de Asuntos Exteriores en 1953 (había dimitido en 1949), las disensiones con Jruschov le costaron el cese tres años más tarde. Su activismo dentro del ala del partido contraria a Jruschov lo marginó aún más, y fue nombrado embajador en Mongolia y delegado de la URSS en la Agencia Internacional de la Energía Atómica. Expulsado del Partido Comunista en 1962 a causa de nuevas desavenencias con Jruschov, se retiró definitivamente de la vida política.
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